
Las 3R del cuidado del medio ambiente son: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Reconocer estos conceptos y saber diferenciarlos es importante para mantener hábitos respetuosos con el medio ambiente.
Reducir el consumo a nivel de bienes y de gasto energético contribuye a disminuir su impacto en el medio ambiente. Consumir responsablemente y comprar únicamente lo que realmente se necesita; escoger aquellos productos elaborados lo más cerca posible –para reducir el gasto energético de transporte–, cuyos materiales se puedan reciclar y que no presenten excesivo embalaje o envoltorio.
Reutilizar, como su nombre lo indica, es volver a utilizar un producto, para el mismo fin que tenía o para uno diferente. Para cuidar el medio ambiente se debe pensar en posibles usos alternativos de un producto antes de desecharlo, para ahorrar recursos y energía, por eso tirar las cosas a la basura debe ser siempre la última opción.
Reciclar implica que los residuos se procesen o sean tratados para convertirlos de nuevo en materia prima. La principal ventaja es la misma que la de reutilizar: el ahorro de recursos. Además, se generan menos desechos contaminantes, y hay un menor costo de producción.
Reducir, reutilizar y reciclar es más que fácil, se puede hacer a diario y, además, queda la satisfacción de que tu aportación contribuye a un mundo más limpio y sostenible.
Beneficios

• Ambientales: Disminución de residuos sólidos, incremento de la calidad del suelo, reducción de la emisión de gases de efecto invernadero; mejora de la calidad de aire y ayuda a estabilización del clima.
• Económicos: Los residuos sólidos pueden ser vendidos a empresas que los reciclan, se ahorran costos en el hogar utilizando materiales reciclados. Se pueden crear diferentes artículos hechos de material reciclado; en algunos casos, el arte de reciclar puede llegar a ser un negocio, pues se crean artículos que se venden.
• Sociales: Se impulsa una cultura de responsabilidad con el ambiente.
Con esta información, antes de comprar un producto hazte varias preguntas: ¿Realmente lo necesito?, ¿fue elaborado de manera que no contamine o de manera sustentable?, ¿durará mucho tiempo?, ¿contaminará al ser desechado?, ¿bajo qué circunstancias fue fabricado?, ¿existe un producto similar pero con menos empaques?
Conoce más:
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)
https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/clasificacion-reciclaje-y-valoracion-de-los-rsu
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP)
https://www.gob.mx/conanp/es/articulos/las-tres-erres-magicas?idiom=es
Las tres R: Una opción para cuidar nuestro planeta
https://www.inecol.mx/inecol/index.php/es/2013-06-05-10-34-10/17-ciencia-hoy/413-las-tres-r-una-opcion-para-cuidar-nuestro-planeta

Los huertos pedagógicos son el mejor modelo de enseñanza que tienen niñas, niños y adolescentes para aprender sobre el cuidado ambiental, la formación de hábitos alimenticios y nutricionales; conocer los tipos de semillas y la labor de las lombrices y las abejas en la naturaleza.
Estos espacios permiten enseñar más allá de la educación ambiental y las ciencias naturales; pues además de aprender a cultivar, cosechar, conservar, preparar los alimentos y comer frutas y verduras frescas, se adquieren conocimientos sobre los ecosistemas; se trabaja en equipo y mejoran las habilidades, las relaciones escolares y con la comunidad. En los huertos pedagógicos es muy importante la participación de madres, padres o cuidadores de familia que, junto con el profesorado, son capacitados para su instalación y cuidado.
Los huertos en las escuelas
Los huertos escolares son zonas cultivadas en torno a las escuelas o cerca de ellas, que están bajo el cuidado de las y los alumnos y suelen producir vegetales, frutas, plantas medicinales, flores y en algunos casos se crían animales pequeños como gallinas, conejos, cabras, e incluso peces.
Una de las principales razones para incorporar un huerto escolar es hacer que las y los estudiantes entiendan su entorno y aprecien mejor el mundo que les rodea; sepan lo que cuesta producir los alimentos que consumen y se concienticen sobre la importancia de hacer un uso responsable del agua, la tierra, el sol y el aire.
Se experimenta y aprende para generar hábitos de trabajo positivos; se facilita que todas y todos participen en la creación y conservación del huerto, por lo que fomenta la cooperación y las habilidades interpersonales.
Los huertos escolares implementados con fines pedagógicos y un componente educativo, constituyen una plataforma de aprendizaje práctica que incorpora una variedad de actividades interdisciplinarias, con múltiples beneficios a corto, mediano y largo plazo para la comunidad escolar.
Componentes pedagógicos:
• Aseguran que las y los estudiantes aprendan a cultivar, cosechar, conservar y preparar los alimentos, de forma sostenible.
• Promueven la elección consciente de lo que hay que cultivar para mejorar la alimentación.
• Combinan el aprendizaje práctico con el social y la preparación para la vida activa, para incorporarlos a la vida cotidiana, promover un cambio en el estilo de vida y difundir el mensaje.
Beneficios
Cuando se implementan con los recursos y bajo las condiciones adecuadas, las y los estudiantes mejoran sus conocimientos sobre los ecosistemas y su interacción con el ambiente, se sensibilizan sobre protección del medio ambiente; adquieren habilidades prácticas de producción de alimentos y se alienta su preferencia por las frutas y vegetales. Además:

• Promueven la conciencia del cuidado y el respeto por el medio ambiente; impulsan valores como la paciencia, la responsabilidad, el compromiso y el compañerismo, etc.
• Potencian el trabajo colaborativo y cooperativo compartiendo tareas (plantar, regar, quitar malas hierbas, etc.); promueven la buena organización y la adquisición de responsabilidades.
• Permiten conocer productos autóctonos e identificar los propios de la época. Se concientiza sobre los productos que se plantan, cosechan y recogen, que son los que se comerán. Este hecho puede proporcionar una gran satisfacción y orgullo a las y los estudiantes.
• Favorecen una alimentación saludable y equilibrada; se conocen los alimentos que se cultivan, lo cual estará despertando el interés por probarlos.
• Fomentan la participación de las familias, es decir, se puede pedir la colaboración de algún familiar que sea jardinero o jardinera para que comparta su conocimiento, familiares que quieran participar en la construcción del huerto, prestando herramientas o incluso aportando la materia orgánica que producen en casa para hacer el compostaje.
Conoce más:
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
https://www.fao.org/fileadmin/user_upload/red-icean/docs/Nueva_pol%C3%ADtica_de_huertos_escolares_-_FAO.pdf
https://news.un.org/es/story/2005/06/1059361
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural
https://www.gob.mx/agricultura/es/articulos/huertos-escolares-ensenanza-y-alimentacion